Los huesos encontrados en la Montaña de Amadores tienen 1.000 años de antiguedad.



Tras varios meses de trabajo, el Cabildo de Gran Canaria ha informado este martes, en el Museo Canario de Las Palmas de Gran Canaria, de los resultados de la investigación llevada a cabo sobre los restos que, de forma casual, fueron hallados hace unos meses en una cueva de Montaña de Amadores (Mogán) por un hombre y su hijo cuando practicaban senderismo. En breve, los restos serán expuestos en el citado Museo.

Dos son los aspectos más destacables del análisis: la antigüedad del yacimiento, que rondaría los mil años, y la información obtenida sobre las prácticas mortuorias de los antiguos canarios. No en vano, era la primera vez que los expertos estudiaban directamente, en el curso de una intervención arqueológica reciente, el sistema que empleaban para amortajar sus cadáveres.

Así, en la cueva, una oquedad natural de unos cuatro metros cuadrados, recibieron sepultura, al menos, seis individuos: dos adultos y cuatro niños con edades comprendidas entre un mes y los dos o cuatro años. Sus esqueletos no estaban completos, algo que muy probablemente se debiese a las alteraciones que, desde antiguo, han afectado al recinto (hasta los años 80 del siglo XX, incluso se situaban viviendas en las proximidades).

El mejor conservado correspondía a una mujer de entre 40 y 50 años, la cual fue depositada (como suele ser habitual, completamente extendida sobre el suelo, previamente acondicionado mediante la regularización del soporte rocoso) protegida por una mortaja elaborada con juncos El tejido envolvente estaría formado por tres capas idénticas superpuestas (tras hacerlas coincidir perfectamente) y fijadas alrededor del cadáver con tiras, también de junco.

Al menos dos de los niños se introdujeron en la cueva en momentos posteriores a la inclusión de la mujer. Ello refuerza la tesis de que sirvió como enclave funerario colectivo durante un dilatado período de tiempo y, aunque no ha podido precisarse a lo largo de cuánto, el análisis con Carbono 14 de muestras de hueso y tejido, ha revelado que la sepultura podría ser de principios del siglo XI d.C., con lo que la cueva sepulcral de Amadores tendría una antigüedad de unos mil años.

Además de su antigüedad, otro rasgo singular es que es de los pocos recintos mortuorios en los que el número de niños es mayor que el de adultos, lo que podría influir en las teorías sobre la selección de los individuos incorporados a los distintos tipos de espacios cementeriales.

"Consciente de la importancia de los restos, el Cabildo de Gran Canaria, en colaboración con el Museo Canario, ha querido dar a conocer estos resultados, exponiendo parte de los materiales recuperados, con información explicativa, en la vitrina de nuevas adquisiciones del Museo Canario", ha anunciado el consejero de Cultura y Patrimonio Histórico y Cultural, Larry Álvarez.

Con ello, el público general podrá disfrutar directamente del resultado de las intervenciones promovidas por el Cabildo, en lo que constituye un paso más en el acercamiento de la sociedad a su patrimonio arqueológico, "una actuación que podría incluirse dentro de la denominada Arqueología pública", según el consejero, que apeló a la colaboración ciudadana en casos como éste.

Hay que subrayar que únicamente a través de la intervención arqueológica puede obtenerse información completa de los yacimientos arqueológicos, de ahí la importancia de mantener estos lugares intactos tras el hallazgo. Así, pese a las alteraciones documentadas en la Cueva de la Montaña de Amadores, la investigación ha conseguido desvelar información relevante sobre el uso sepulcral de la cavidad.

En el caso de nuevos hallazgos casuales o para denunciar problemas o riesgos de deterioro en el patrimonio, el Cabildo pone a disposición de los ciudadanos el correo electrónico phistorico@grancanaria.com o los teléfonos: 928 21 94 21 o 928 21 94 25.

Así fue...

Tras la aparición, a mediados de agosto de 2011, el Cabildo de Gran Canaria inició una serie de actuaciones encaminadas a garantizar su protección (cubriendo provisionalmente los restos y girando distintas visitas de inspección) y al posterior desarrollo de una intervención arqueológica para su completa documentación.

Los trabajos arqueológicos, adjudicados a la empresa Arqueocanaria S.L. con un presupuesto de 12.600 euros, se desarrollaron entre los meses de octubre y noviembre y en ellos tuvieron especial protagonismo las labores de consolidación y conservación de los tejidos vegetales.

Tras las labores de campo, se llevó a cabo un estudio exhaustivo de los restos humanos recuperados, así como la datación del espacio sepulcral. De ese modo, el Cabildo obtuvo los datos que ahora da a conocer.