Mujer agraria, mujer de hierro.

Las duras condiciones de trabajo de las Mujeres Agrarias en un mundo tradicional, a debate en su I Encuentro en Gran Canaria.
El Cabildo de Gran Canaria y la Confederación de Mujeres del Mundo Rural CERES organizan el I Encuentro Canario de Mujeres Agrarias del 14 al 16 de octubre en Moya, donde pondrán de relieve que a sus duras condiciones de trabajo se suma el carácter tradicional del mundo rural, tanto que muchas no son ni cotitulares de sus tierras.

Medio centenar de mujeres se congregarán para debatir las bases de un estatuto de la mujer agraria de Canarias, conocerán las diferentes realidades del sector rural femenino de cada isla y recibirán formación sobre la titularidad compartida y las nuevas formas de venta y mercadotecnia, además de visitar la Casa del Queso del Cabildo en Guía, gestionada por mujeres rurales, y celebrar mesas redondas y talleres especializados, informó el consejero de Soberanía Alimentaria, Miguel Hidalgo.

El consejero apostó por fomentar la representación de las mujeres, “legítimas interlocutoras en el impulso de políticas agrarias” que siempre ha jugado un papel fundamental en el sector primario de Canarias y valoró que este encuentro sirva también para propiciar y modernizar acciones conjuntas de promoción de la producción y las marcas locales.

La consejera insular de Igualdad, María Nebot, resaltó, por su parte, la necesidad de “visibilizar las discriminaciones que soportan las mujeres en el sector agrario, sobre todo en lo referente al reconocimiento profesional y la estima social”, así como al ejercicio efectivo de los derechos profesionales, sociales y fiscales, por lo que hizo hincapié en la urgencia de promover su acceso a la titularidad de las explotaciones y a todos los derechos que de esto se derivan.


Recolectar, lo peor

Cada actividad tiene su labor incómoda, y el sector primario no es una excepción, en el caso de la presidenta de la Asociación de Mujeres del Mundo Rural de Canarias, Carmen Pérez, lo que menos le agrada es “recolectar”, afrontar un gran terreno en el pasará horas cogiendo papas, verduras o frutas, con calor o lluvia, sabiendo que le espera a continuación más trabajo en casa.

Y es que las mujeres del entorno rural hacen frente a agotadoras jornadas repletas de responsabilidades como cultivar, recolectar, empaquetar y trasladar al distribuidor la cosecha, para después hacer la comida de la familia, cuidar a padres, hermanos e hijos y organizar su hogar, ya que a las duras condiciones laborales hay que sumar un carácter tradicional del sector.

Sin embargo, sólo el 9 por ciento de ellas posee la titularidad de la explotación agraria en la que trabajan y la mayoría ni siquiera son cotitulares de la actividad que realizan con sus parejas, negocios a los que dedican horas y horas de duro trabajo.

Tanto es así, que según las estimaciones del Ayuntamiento de Moya, el 55 por ciento de las mujeres que trabaja en el campo en Gran Canaria no está dada de alta en la actividad, apuntó su alcalde, Hipólito Suárez.

A pesar de esta realidad, la mujer suma al trabajo en la tierra y a las tareas domésticas, las labores tradicionalmente desempeñadas por mujeres como hacer el queso o preparar la leche después de ordeñar.

Con el paso de los años, hombres y mujeres han ido tomando conciencia de la importancia de aplicar criterios más igualitarios al trabajo de las mujeres rurales, de visibilizar y reconocer un esfuerzo por el que hasta ahora no tenían derechos reconocidos, algo en lo que ahondará este encuentro que se celebrará en el Teatro Municipal y la Casa de la Cultura de Moya.