La mascarilla será obligatoria en espacios cerrados y vía pública cuando no haya 2 metros de distancia.

Finalmente el uso de la mascarilla será obligatorio no solo en el transporte público como hasta ahora, sino también en espacios cerrados y en la vía pública siempre que no sea posible garantizar la distancia mínima de seguridad de dos metros.

Así lo han acordado este lunes por la tarde el Gobierno y las Comunidades Autónomas en el seno del Consejo Interterritorial de Salud, al que asisten el ministro de Sanidad, Salvador Illa, y los consejeros del ramo, según han informado fuentes del Ejecutivo a TVE. Este nuevo uso obligatorio quedará regulado en una orden ministerial que se publicará en los próximos días.

Ya este domingo el Ministerio de Sanidad adelantó que estaba preparando dicha orden, después de que varias Comunidades Autónomas, entre ellas, la de Madrid, la Generalitat de Cataluña o el País Vasco, hubieran reclamado que fuera obligatorio usar las mascarillas en lugares públicos o incluso en la vía pública.

Desde el pasado 4 de mayo y hasta el momento, el uso de mascarillas solo es obligatorio en transportes públicos y en aquellos casos en los que no se puede garantizar la distancia de seguridad.

Cambio de criterio
Hasta ahora, el Gobierno rechazaba imponer su uso y alegaba que podía acarrear problemas a determinados colectivos, como el propio director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón, ha señalado en más de una ocasión. Varias veces Simón ha asegurado que "la mejor mascarilla son los dos metros de distancia".

Y aunque inicialmente Sanidad limitó las mascarillas a personal sanitario, a personas enfermas y sus cuidadores o en aquellas situaciones en que se considerase necesario, desde principios de abril planteó generalizar su uso como forma de evitar el contagio.

El debate sobre la obligatoriedad del uso de la mascarilla ha sido constante desde que comenzó la pandemia también a nivel internacional y  ha ido variando desde el inicio de la pandemia. Organismos como la OMS se mostraron inicialmente en contra de su utilización generalizada. También al inicio de la crisis del coronavirus existía desabastecimiento a nivel mundial de mascarillas.