Sólo 28 municipios de Canarias solicitaron los comedores de verano.

Muchos municipios de Canarias se han quejado de la nuevas condiciones del gobierno regional para poder tener comedores escolares durante este verano para los niños más necesitados.

Según ellos, obligarían a las entidades locales a poner mucho más dinero que antes, labor que se "quitaría de encima" el gobierno regional.

Mientras desde el Gobierno de Canarias defienden que "el cambio de modelo del servicio este año obedece a la búsqueda de la mayor integración del alumnado y a la mejora de la eficiencia en el gasto del dinero público"

A partir de este verano, el programa de comedores y talleres lúdicos de verano de la Consejería de Educación se fusiona con los programas de verano de los ayuntamientos, con la financiación de una comida completa para todo el alumnado en riesgo de exclusión social que participe en los talleres municipales. A día de hoy, 28 ayuntamientos han presentado sus solicitudes, con más de 500 solicitudes hasta el momento y plazos de inscripción todavía abiertos en varios de ellos.

El Gobierno de Canarias planteó la modificación a la Federación Canaria de Municipios ya desde abril del año 2018 y ha estado trabajando para implantar esta nueva fórmula, que persigue una mayor integración del alumnado y un gasto del dinero público mucho más eficiente.

La fórmula que se implantó en el curso 2013, como respuesta a los años más duros de la crisis económica, consistía en que la propia Consejería de Educación y Universidades organizaba talleres en los centros educativos, específicos para el alumnado en riesgo de exclusión social, para poder facilitarles al menos una comida completa al día también en los meses de verano, con la colaboración de los ayuntamientos, que colaboraban con aspectos como el personal o el transporte.

Con el paso de los años, se vio cómo esta medida generaba también una clara segregación, al estar el alumnado separado entre el que acudía a los campamentos de la Consejería y el de los centros con talleres de verano municipales, de manera que ya en verano de 2018 algunos ayuntamientos plantearon la unificación de ambos recursos y empezaron a ofrecer los mismos campamentos para todo el alumnado, donde los menores en riesgo recibían además una comida completa completamente subvencionada por la Consejería de Educación y Universidades.

Por otro lado, la asistencia a los talleres de la Consejería ha ido en continuo declive y, si en 2014 se alcanzó el número máximo de inscripciones, con 4.895, en agosto de 2018 fueron 2.132. Además, prácticamente la mitad de los matriculados después no asistía y de esos 2.132, solo acudían 951, de media. Sin embargo, la contratación de los servicios de personal, catering, monitores,…, debía hacerse por el total de alumnado, lo que generaba una clara ineficiencia en el gasto público de la mitad o más de la partida invertida.

De ahí que este cambio de modelo, además de facilitar la integración del alumnado, posibilite un mejor uso del dinero de todos los ciudadanos.

Desvergüenza

Las peculiaridades de este año electoral hicieron que la resolución indicando a los municipios cómo podían solicitar la colaboración del Gobierno, para integrar al alumnado en riesgo de exclusión social a sus talleres de verano y darles una comida diaria completa, se comunicase a principios de este mes, por lo que varios municipios expresaron las dificultades de poder contratar el servicio de cáterin en poco tiempo e integrarlo en los talleres que tenían programados.

Si bien es cierto que hubiese sido deseable lograr terminar el expediente y emitir la resolución con más antelación, también lo es que desde el año pasado la Consejería había anunciado el cambio a los ayuntamientos, desde entonces lo ha planteado en varias reuniones con la Federación Canaria de Municipios, FECAM, y se ha publicado en los medios de comunicación también en varias ocasiones, por lo que los ayuntamientos conocían perfectamente que los comedores de verano se realizarían en 2019 a través de la nueva fórmula.

Sea como fuere, la Consejería se ha mostrado siempre dispuesta a facilitar al máximo las inscripciones y colaborar con los municipios que, sin haber podido integrar los comedores en sus propios talleres, plantean otras líneas de colaboración por el bien de los menores.

Otra cosa es que existan dirigentes políticos que se hayan negado sistemáticamente a integrar a los menores en riesgo de exclusión social con el resto del alumnado de los talleres de verano, como es el caso de la concejala de Educación del ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, Lourdes Armas, quien manifestó desde la primera vez que se planteó el cambio de modelo en la FECAM que se oponía a integrar a estos menores y los comedores en sus talleres de verano, “porque esa es una responsabilidad de políticas sociales”.

Sin embargo, la propia Armas, en una declaración sin sentido, califica de “desvergüenza” la decisión de la Consejería de Educación del Gobierno autonómico de seguir financiando la alimentación de los menores en riesgo, con una fórmula que facilita además su mayor integración, cuando siempre se ha mostrado en contra de esa integración.

De hecho, el Servicio de Orientación ha intentado en dos ocasiones buscar fórmulas que permitiesen ampliar los talleres municipales ya programados en ese municipio, obteniendo siempre una negativa rotunda, alegando motivos como la nueva ley de contratos o la falta de plazo para licitar servicios.

Sin embargo, precisamente la concejala de Las Palmas de Gran Canaria tomó parte de las reuniones donde se abordó el cambio y conocía de primera mano que se iba a producir esa modificación. Otros municipios como La Laguna, de tamaño similar, Mogán, con una población también importante, o Guía de Isora, por poner tres ejemplos, de los 28 solicitantes, sí implantarán la integración de los comedores de verano en sus talleres.

Sin embargo, el calificativo dirigido a la Consejería de Educación es inadmisible, toda vez que la concejala palmense siempre ha contado con información directa de la fórmula a aplicar este año, y resulta obvio que su decisión era rechazar la participación del ayuntamiento de la mayor ciudad de Canarias en el programa, que el año pasado contó con una participación de 202 menores en julio y 131 en agosto, por mucha antelación con la que se hubiese comunicado la resolución, puesto que no ha existido ni un solo intento de buscar alternativas para que el alumnado del municipio se beneficiase, como sí han planteado otros consistorios.

Municipios solicitantes

A día de hoy, los municipios que han solicitado la financiación de la Consejería de Educación y Universidades del Gobierno de Canarias para integrar los comedores de verano para el alumnado en riesgo de exclusión social con los talleres programados por el propio consistorio son: Guía de Isora, La Orotava, San Cristóbal de La Laguna, Adeje, Mogán, Fuencaliente, La Vega de San Mateo, El Tanque, Vilaflor de Chasna, Breña Baja, La Matanza, Santiago del Teide, La Victoria de Acentejo, Villa de Garafía, San Bartolomé, Ingenio, Los Llanos de Aridane, Buenavista del Norte, Teror, Valleseco, El Sauzal, Valsequillo, Icod de los Vinos, Puerto de la Cruz, Fasnia, Tías, Tacoronte y Santa Lucía de Tirajana.