Musicoterapia para pacientes de paliativos del Hospital Dr. Negrín.

La musicoterapeuta, durante una sesión.
Se pone en marcha el programa de musicoterapia para pacientes de paliativos del Hospital Dr. Negrín.

Comenzó a funcionar en el centro hospitalario en el mes de febrero, gracias a un convenio suscrito entre la Consejería de Sanidad y la Fundación MAPFRE Guanarteme.

Ofrecer un espacio de apoyo y alivio a la experiencia de sufrimiento del paciente, abrir y mantener canales de comunicación con sus seres queridos, expresar los miedos y explorar la capacidad de expresión emocional, facilitar procesos de reflexión y recuerdos y favorecer espacios creativos que faciliten el afrontamiento de la despedida. Son los objetivos del programa de musicoterapia hospitalaria puesto en marcha en febrero de este año en la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital Universitario de Gran Canaria Dr. Negrín, gracias a un convenio suscrito entre la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias y la Fundación MAPFRE Guanarteme, impulsora del proyecto.

El programa se lleva a cabo en coordinación con el equipo interdisciplinar que conforma la Unidad de Cuidados Paliativos. Para su desarrollo, una musicoterapeuta acude dos días a la semana a la unidad de hospitalización de Paliativos, y dedica otro día a la visita de pacientes en su domicilio. Estos son seleccionados previamente por los profesionales sanitarios, quienes establecen además el objetivo terapéutico de la intervención, que puede ser el acompañamiento terapéutico, favorecer el descanso o mejorar el confort, entre otros.

Desde la puesta en marcha del programa se han realizado 154 sesiones, con un total de 71 pacientes atendidos.

En la sesiones, cuya duración depende de las necesidades y situación del paciente, la musicoterpeuta, María Luisa Munguía, realiza lo que se denomina una improvisación clínica, esto es, crea música para el paciente y con el paciente, con un objetivo determinado. En función de la situación del paciente, este puede participar de manera activa -tocando un instrumento, cantando, siguiendo el ritmo de la música, escuchando de forma activa- o de forma pasiva. En ocasiones también se incluye a la familia en la sesión.

"La música en vivo es la protagonista de una sesión de musicopterapia", explica Guacimara Molina, coordinadora del programa que se desarrolla también en el Complejo Hospitalario Insular-Materno Infantil y en el Hospital Nuestra Señora de Candelaria. "El paciente se incorpora en la medida en que puede. Si está sedado, hacemos música teniendo como referencia su respiración, o utilizamos melodías que para esa persona son importantes, pero adaptadas a la situación". Entre las actividades que se realizan está la relajación sonora, masajes sonoros, audición musical y visualizaciones guiadas, e improvisación vocal y/o instrumental.

Canalizar emociones

Piano, guitarra, pandereta, xilófono, maracas, palo de agua... son algunos de los instrumentos que utiliza la musicoterapeuta para hacer música con el paciente, un medio para canalizar y expresar emociones que en muchas ocasiones es "más fácil, más amable y menos invasivo" que la expresión verbal. De esta manera, la musicoterapia ayuda al paciente a expresar sus sentimientos, facilita el contacto entre el paciente y la familia, y cuando se realizan despedidas musicales, es una ayuda para transitar el duelo.

Las musicoterapeutas destacan también el beneficio que supone para el paciente "recobrar la experiencia estética", en algunos casos volver a tener contacto con la música y en otros "tenerla por primera vez, después de toda una vida de duro trabajo en la que no han tenido la oportunidad de tener esa experiencia".

El proyecto de musicoterapia, que es posible gracias a la Fundación MAFPRE Guanarteme, se ampliará en los próximos meses con la realización de sesiones destinadas a los profesionales de la Unidad de Cuidados Paliativos.