Evitan un grave incendio en La Plata por imprudencia de un anciano.

LA CONTUNDENTE INTERVENCIÓN DEL CABILDO EVITA QUE UNA QUEMA ILEGAL SE CONVIERTA EN UN PELIGROSO INCENDIO

· Las quemas están terminantemente prohibidas desde el 1 de julio y en lo que va de mes ya ha habido una veintena de avisos

· La ley prevé multa, daños y perjuicios y gastos de extinción a cargo del responsable de la imprudencia, además de delito penal si la quema se propaga por el monte

· Es preocupante que la mayoría de las últimas quemas de las hayan iniciado personas de avanzada edad

· Hubo que activar al helicóptero porque la determinación en la actuación es clave para evitar la propagación del fuego, que en esta época se vuelve en pocos minutos absolutamente ingobernable


Una quema ilegal de leña y rastrojos estuvo este viernes a punto de convertirse en un peligroso incendio en el sur si no llega a ser por la contundente intervención del operativo contraincendios del Cabildo de Gran Canaria, que advierte una vez más que prender cualquier tipo de fuego está terminantemente prohibido desde el 1 de julio hasta el próximo 30 de septiembre.

La subida de temperatura, la sequedad del ambiente y algo de viento son ingredientes más que suficientes para que cualquier fuego sea altamente peligroso en esta época, por lo que es necesario cumplir esta normativa, que lleva aparejadas sanciones porque son incumplimientos que ponen en peligro la naturaleza, propiedades privadas y, lo más importante, vidas humanas.

Y no solo sanciones que van de 100 euros a un millón, sino que prevé igualmente que los daños y perjuicios, así como el coste de la actuación, corran a cargo de la persona responsable de la negligencia, que también puede enfrentarse a un delito penal con penas de 1 a 20 años si el fuego se propaga por el monte.
En este caso hubo que activar a las unidades bravo, técnicos y agentes, así como al helicóptero y la unidad presa, ya que la determinación en la actuación es clave para evitar la propagación del fuego, que en esta época se vuelve en pocos minutos absolutamente ingobernable.

Es muy preocupante, destacan los agentes de la Consejería de Medio Ambiente del Cabildo, que las quemas detectadas en las últimas semanas hayan sido protagonizadas por personas de avanzada edad del mundo rural que no son conscientes del peligro.

Tanto es así que en lo que va de mes ha habido una veintena de avisos, hoy hubo que sofocar uno en Teror realizado por un señor en un bidón bajo la creencia de que así es menos peligroso y uno de los últimos fue prendido por una señora de 80 años a la que un familiar le dijo que tenía permiso, si bien no le advirtió que las autorizaciones quedan suspendidas en el verano.

Por todo ello, por la peligrosidad y las posibles consecuencias para la persona responsables, hay que desterrar del todo la posibilidad de prender cualquier tipo de fuego en verano y evitar cualquier chispa, incluidas las de las radiales y soldadoras, que son la primera causa de fuegos por imprudencia. Sí se puede limpiar maleza y acumularla, incluso mojarla y taparla para obtener compost, pero jamás prenderle fuego.
40 metros de leña que ardería días

Así, el Centro de Coordinación Operativa Insular de Gran Canaria (Cecopin) recibió anoche una alerta a las 19.49 debido a la detección de un fuego peligroso en La Plata, en San Bartolomé de Tirajana, donde un vecino obvió la necesidad de ser precavidos y prendió un fuego que rápidamente se le fue de las manos, lo que motivó que los miembros de la Unidad Operativa de Fuegos Forestales acudieran de inmediato a sofocarlo con contundencia.

Los investigadores de la Brigada de Investigación de Incendios Forestales (BIIF) del Cabildo han concluido que la intervención de los servicios de extinción fue imprescindible porque las condiciones eran propicias para su propagación, máxime cuando era leña y troncos gruesos que hubieran ardido durante días. En definitiva, concluyen los agentes, la peligrosidad fue muy alta y, aunque por la intervención quedó en un área de 40 metros cuadrados, a punto estuvo de convertirse en incontrolable incluso para los servicios de extinción.